A medida que vamos creciendo nuestra vida sufre una serie de cambios, no solo porque cambiamos físicamente o tenemos más edad, igualmente nuestros intereses y prioridades cambian porque vemos la vida desde una perspectiva diferente. Esa variación de la perspectiva está influenciada por las nuevas percepciones y situaciones que nuestro ser interior (nuestro verdadero yo) percibe, dándole otro enfoque más orientado a esos nuevos intereses menos físicos y más espirituales.Cuando esta necesidad de cambio en nuestras vidas se manifiesta, seguir las señales que nuestro ser interno nos pone como guía es lo que va a hacer que nos sintamos realizados, él sabe lo que realmente necesitamos para cumplir con nuestra misión en esta vida y para ser felices en cada instante que desempeñamos nuestro verdadero papel en ella.
Cuando se asoma en nuestra vida una situación que quizás sea completamente distinta a lo que hemos venido haciendo hasta ahora, podemos estar seguros que si esa situación nos hace vibrar y sentir felices con nosotros mismos, es que estamos siguiendo el plan que nuestro ser interno tiene pautado para nosotros, estamos realmente viviendo nuestra realidad, y por ello todo fluirá en armonía. Sigamos esa pista y dejémonos llevar por ese impulso que brota de nosotros mismos, y que la brújula sea el bienestar que sentimos al dejarnos llevar y seguir ese nuevo camino o ruta que se está expresando en esa nueva situación.
Cuando seguimos nuestro propio ser todo fluye en perfección y todo se ajusta armoniosamente para dejarnos disfrutar lo que hacemos, sin trabas, sin tormentos, todo fluye suavemente y nada se siente forzado a fluir, y nos sentimos de alguna manera sincronizados con la energía del Universo, donde nada falta o sobra y estaremos vibrando en la misma frecuencia con el Todo; por ello, nada puede faltarnos, sentiremos que somos parte de Él mismo, como lo hemos sido desde siempre.
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