Sin embargo todo no está perdido, de pronto surge en nuestra mente una leve duda que se va acrecentando mientras más nos empeñamos en vivir en funcion de ese “Yo”, la cual nos responde cuando estamos en silencio con nosotros mismos a la pregunta: ¿Existirá algo mejor que esto que vivo ahora?. Y aunque a veces no oimos la respuesta y nos pasamos la vida buscándola en el exterior, esa voz interna está siempre dispuesta si se lo pedimos y permitimos, a decirnos: “Sí hay algo mejor, deja el temor de un lado, no te juzgues por lo que fue, no culpes a tu hermano por lo que ha ocurrido, asume tu responsabilidad y deja que tu Ser te guie para expresar tu verdadera realidad”.
Cuando decidimos seguir esa voz, comenzamos a ir en pos de la verdad que mora dentro de nuestros corazones, dejamos que nuestro “Ser” nos dirija y comenzamos a ver la vida con la verdadera visión de las cosas, es como el florecer espontáneo de una flor en primavera que solo espera los primeros rayos del sol y calor para iniciarse, nada puede detenerla, esta implicito en ella el expresar su belleza. Así mismo nuestro “Ser” esta allí esperando la primavera, es decir, que tomemos la decisión de seguir los pasos de esa voz para que todo surja y se exprese ante nuestras vidas. Todos aquellos bloqueos que nos habiamos impuesto al dar el mando a ese “Yo” permitiéndole usar nuestra mente para vivir bajo sus principios, es decir bajo el temor de no ser lo suficientemente buenos, el compararnos continuamente con nuestros semejantes y la separación o barrera que habiamos impuesto entre nosotros y cada ser humano a alrededor nuestro, se desvanecerán ante la fuerza de la expresion de tu verdadera realidad.
Dejemos que nuestra mente sea dirigida por nuestro “Ser Interior” sin temores, dejemos que sea Su voz la que nos de las nuevas pautas, ya que dicha voz no es más que la expresión de la Fuente Creadora en nosotros recordándonos nuestro verdadero origen, dejemos que la Paz, el Amor y la Felicidad para los cuales fuimos creados se exprese a través de nosotros y podamos trascender la barrera que nos habíamos impuesto y que había impedido el logro de nuestra plena realización como seres divinos.
Fragmento de libro inédito ” La Transformación” de Maria Victoria De Stefano
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