Somos energía y como tal nos regimos por las leyes y principios por los que la misma se sustenta. Todo lo que nos rodea así como nuestra vida, se proyecta a través de dos polos opuestos, en este caso el amor en un polo y el odio en el otro, la inclinación hacia uno de los dos polos dependerá de la energía que cada uno de nosotros quiera extender o expresar, y somos responsables de esa expresión en nuestra realidad.
Cuando nos expresamos en el polo del amor y mantenemos nuestra vida allí, aunque halla caos a nuestro alrededor, todo lo que ocurre en nuestras vidas comenzará a ser positivo y ocurrirá lo que llamamos milagro, no porque hemos estado pidiendo que ocurra sino porque hemos cambiado nuestro foco al polo del amor y la energía se expresara en ese polo, viendo la manifestación del bien en nuestras vidas.